miércoles, 14 de enero de 2009

Ganesha: ente que elimina los obstáculos.

En el hinduismo, Ganesha o Ganesh es hijo del dios Shiva y la diosa Párvati. Dios de la sabiduría, de los caminos y de las letras. Su montura (vahana) es un ratón. Normalmente es representado con cuatro brazos, gran barriga y cabeza de elefante. Es jefe de los ejércitos de Shiva, los ganas, seres sobrenaturales. Sus dos esposas son Buddhi (inteligencia) y Manas (mente).
Según la leyenda, Párvati tuvo a su hijo mientras Shiva estaba en la guerra contra los asuras (demonios). Un día Párvati fue a bañarse, y le pidió a Ganesha que vigilara la puerta del aposento. En ese momento, Shiva volvió. Ganesh no reconoció a su padre, ni éste a su hijo, de modo que el joven dios le prohibió el paso. Hubo una reyerta y Shiva enfurecido, decapitó a Ganesha. Cuando se dio cuenta de que había matado a su hijo, y ante el llanto de la desconsolada madre, Shiva bajó a la tierra con la promesa de darle a su hijo la cabeza del primer ser que encontrara a su paso. Resultó ser un elefante.

Ganesha es el dios más popular de la India, a pesar de ser tardío; por ejemplo, no aparece en el Mahā Bhārata (de Vyāsa) ni en el Ramayana (de Valmiki). Otra leyenda lo ilustra, según la cual Ganesha y su hermano Skanda (Karttikeya, el dios de la guerra), compitieron por ser el más adorado, haciendo una carrera alrededor del mundo. Skanda montó en su pavo real (su vahana), y lo recorrió lo más rápidamente posible, pero cuando llegó de nuevo al punto de partida Ganesha ya estaba allí. Había dado una vuelta alrededor de sus padres, Shiva y Párvati, con lo que dio a entender que para él sus padres eran todo su mundo (y tratándose de los dioses supremos, literalmente lo eran).

Significado

La vida es el continuo vaivén de la existencia. El ser humano, debido a este movimiento, experimenta alegrías y penas. Si hay algo que todo ser humano anhela, eso es la felicidad, pero normalmente se busca de una forma equivocada. Deseamos vivir unas situaciones determinadas que creemos nos harán felices, pero a medida que hacemos realidad nuestros deseos nos damos cuenta de que eso no nos da la felicidad que esperábamos y entonces vamos a buscar otra cosa. El ser humano nunca podrá ser feliz mediante la consecución de deseos, porque, sin saberlo, lo que en realidad está buscando es regresar a la Eternidad de la cual surgió. Pero, en general, vive dormido y no se da cuenta de ello, se pasa la vida persiguiendo sueños. Sólo algunas personas despiertan y empiezan a intuir que tiene que haber algo más. En ese momento están preparadas para ser guiadas por Ganesha, el Dios de la Sabiduría, a través del verdadero camino hacia la felicidad. Ganesha simboliza la Verdad que somos realmente, pero dado que creemos ser alguien, para nosotros es un Dios al que debemos adorar. Ganesha tiene cabeza de elefante porque de esta manera sólo aquel que no se deje impresionar por las apariencias y busque la esencia, podrá reconocer en él aquello que busca. Esto simboliza el hecho de que para conocer la Verdad hay que renunciar a todo lo falso, ya que no se puede alcanzar la Verdad mientras estemos asentados en el error y en la falsedad. Renunciar a lo falso implica abandonar la idea de que somos algo separado, desprendernos de esta falsa identidad que creemos ser y relativizar todas las experiencias, tanto las agradables como las desagradables, pues tanto unas como otras pertenecen al mundo de lo transitorio.

Representación

La mayoría de las representaciones del dios tienen cuatro brazos, en cada mano lleva un atributo distinto que puede variar, pero generalmente se trata de:

· En el primer brazo lleva una soga, para conducir a los devotos hacia el sendero de la Verdad.

· La segunda mano sujeta un hacha, para cortar las ataduras perecederas de los devotos.

· La tercera mano sujeta un laddu (dulce hecho con harina de garbanzo, mantequilla frita, leche condensada y frutas secas) para recompensar a los devotos por sus actividades espirituales.

· La cuarta mano siempre está extendida para impartir bendición a los fieles.

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