Indian Airlines, compañía gestionada por el gobierno, opera sólo en vuelos nacionales y cuenta con una red muy extendida. Air India, en cambio, realiza las conexiones internacionales del país, aunque también funciona en el ámbito nacional en las rutas de Bombay-Delhi, Bombay-Calcuta, Delhi-Calcuta y Bombay-Madrás. La liberalización ha mejorado radicalmente el servicio y aumentado el número de operadores secundarios, aunque varios de ellos han tenido que cerrar en los últimos tiempos. Sahara Indian Airlines y Jet Airways son, probablemente, los más estables entre estos nuevos competidores.
El sistema ferroviario de la India es merecidamente legendario, así que viajar en tren por el país no es comparable, en absoluto, a hacer lo mismo en cualquier otra parte del mundo. A veces puede resultar incómodo y frustrante, pero eso también forma parte de la experiencia viajera. Conviene aprender lo antes posible los puntos clave de la etiqueta ferroviaria india pues, en caso contrario, el turista se encontrará intentando defender inútilmente su espacio privado. Hay varias clases distintas y diferentes tipos de trenes; los más recomendables son los directos o los correo, pero vale la pena probarlos todos, aunque sólo sea como experiencia. El sistema de reservas es un verdadero laberinto, merecedor de un estudio antropológico. No obstante, hay que tener paciencia, porque es uno de los pocos procedimientos burocráticos del país que funciona de verdad. A la hora de reservar billete, conviene aprovechar la adjudicación de la cuota turística, cuando sea posible: así resultará más fácil obtener asiento.
Los autobuses varían mucho de un estado a otro, pero en los principales trayectos a menudo se puede elegir entre varias categorías: ordinario, directo, de semilujo, lujo, lujo con aire acondicionado e, incluso, de lujo con coche cama. Además de las compañías estatales, en muchas rutas operan también empresas privadas. Estas últimas suelen ofrecer los vehículos más rápidos y más confortables (evidentemente, también los más caros), y pueden ser la mejor opción para los recorridos más largos. Los estatales están atestados de gente y son lentos e incómodos.
Pero, lo que es peor, hay que ser casi un profesional del rugby para lograr subir al vehículo, eso sin mencionar que durante el trayecto el viajero se verá seguramente obligado a escuchar la estridente música pop hindi que atrona desde los altavoces. El autobús es el único medio de transporte que lleva a Cachemira y el mejor para llegar a Nepal desde Uttar Pradesh; también resulta más rápido que el tren en el norte de Bihar y en gran parte del Rajastán.
Es muy fácil alquilar un coche con conductor pero, en cambio, se deben poseer nervios de acero y un karma excelente para conducir en la India. Normalmente, los automóviles se alquilan por días, con un kilometraje diario limitado. El viajero suele correr también con los gastos de manutención del conductor, por lo que conviene establecer claramente la cantidad diaria que ello deberá costarle antes de emprender el viaje. Si el trayecto en perspectiva es muy largo, lo mejor es dar primero un corto paseo con el conductor contratado, por si acaso su manejo de los frenos no es el más adecuado.
Actualmente, viajar en moto por la India (especialmente con una Enfield Bullet) se ha convertido en un pasatiempo popular, aunque constituye una actividad arriesgada, no muy adecuada para el motorista aficionado.
Las bicicletas son un excelente medio de transporte en las ciudades y suelen alquilarse por una miseria. Los trayectos más largos, sin embargo, requieren bastante valor y rodillas de acero. Aquellos que quieran traerse su propia bicicleta deben pensárselo dos veces, si no quieren que su reluciente diez marchas sea tocada, explorada y manoseada en cada parada.
Los transportes locales incluyen desde los autobuses y taxis hasta los autorickshaws, ciclorickshaws y tongas (coches de caballos). Los taxis pueden llevar taxímetro, pero éste sólo funciona en algunas ciudades. Los autorickshaws de tres ruedas cuestan generalmente la mitad que un taxi, aunque también permiten al pasajero inhalar mejor los gases del combustible. Los ciclorickshaws han desaparecido prácticamente de los centros de las principales ciudades, aunque siguen constituyendo una parte esencial de la red de transportes en las ciudades más pequeñas. Antes de comenzar la carrera, hay que negociar el precio.
El sistema ferroviario de la India es merecidamente legendario, así que viajar en tren por el país no es comparable, en absoluto, a hacer lo mismo en cualquier otra parte del mundo. A veces puede resultar incómodo y frustrante, pero eso también forma parte de la experiencia viajera. Conviene aprender lo antes posible los puntos clave de la etiqueta ferroviaria india pues, en caso contrario, el turista se encontrará intentando defender inútilmente su espacio privado. Hay varias clases distintas y diferentes tipos de trenes; los más recomendables son los directos o los correo, pero vale la pena probarlos todos, aunque sólo sea como experiencia. El sistema de reservas es un verdadero laberinto, merecedor de un estudio antropológico. No obstante, hay que tener paciencia, porque es uno de los pocos procedimientos burocráticos del país que funciona de verdad. A la hora de reservar billete, conviene aprovechar la adjudicación de la cuota turística, cuando sea posible: así resultará más fácil obtener asiento.
Los autobuses varían mucho de un estado a otro, pero en los principales trayectos a menudo se puede elegir entre varias categorías: ordinario, directo, de semilujo, lujo, lujo con aire acondicionado e, incluso, de lujo con coche cama. Además de las compañías estatales, en muchas rutas operan también empresas privadas. Estas últimas suelen ofrecer los vehículos más rápidos y más confortables (evidentemente, también los más caros), y pueden ser la mejor opción para los recorridos más largos. Los estatales están atestados de gente y son lentos e incómodos.
Pero, lo que es peor, hay que ser casi un profesional del rugby para lograr subir al vehículo, eso sin mencionar que durante el trayecto el viajero se verá seguramente obligado a escuchar la estridente música pop hindi que atrona desde los altavoces. El autobús es el único medio de transporte que lleva a Cachemira y el mejor para llegar a Nepal desde Uttar Pradesh; también resulta más rápido que el tren en el norte de Bihar y en gran parte del Rajastán.
Es muy fácil alquilar un coche con conductor pero, en cambio, se deben poseer nervios de acero y un karma excelente para conducir en la India. Normalmente, los automóviles se alquilan por días, con un kilometraje diario limitado. El viajero suele correr también con los gastos de manutención del conductor, por lo que conviene establecer claramente la cantidad diaria que ello deberá costarle antes de emprender el viaje. Si el trayecto en perspectiva es muy largo, lo mejor es dar primero un corto paseo con el conductor contratado, por si acaso su manejo de los frenos no es el más adecuado.
Actualmente, viajar en moto por la India (especialmente con una Enfield Bullet) se ha convertido en un pasatiempo popular, aunque constituye una actividad arriesgada, no muy adecuada para el motorista aficionado.
Las bicicletas son un excelente medio de transporte en las ciudades y suelen alquilarse por una miseria. Los trayectos más largos, sin embargo, requieren bastante valor y rodillas de acero. Aquellos que quieran traerse su propia bicicleta deben pensárselo dos veces, si no quieren que su reluciente diez marchas sea tocada, explorada y manoseada en cada parada.
Los transportes locales incluyen desde los autobuses y taxis hasta los autorickshaws, ciclorickshaws y tongas (coches de caballos). Los taxis pueden llevar taxímetro, pero éste sólo funciona en algunas ciudades. Los autorickshaws de tres ruedas cuestan generalmente la mitad que un taxi, aunque también permiten al pasajero inhalar mejor los gases del combustible. Los ciclorickshaws han desaparecido prácticamente de los centros de las principales ciudades, aunque siguen constituyendo una parte esencial de la red de transportes en las ciudades más pequeñas. Antes de comenzar la carrera, hay que negociar el precio.
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